La historia es tan rica como el universo de las personas que la escriben. Lo importante es poder contar los hechos desde las evidencias dejadas en los textos y en la oralidad por aquellos que guardaron la memoria de lo que iba sucediendo.
Ibagué fue fundada el 14 de octubre de 1550 por el capitán español Andrés López de Galarza, y es la capital del departamento del Tolima. Se encuentra localizada en el centro de Colombia, justo en medio de la Cordillera Central de Los Andes, rodeada por el Nevado del Tolima, el Cerro Machín, el Cañón del Combeima y la llanura del Magdalena. Su altitud es de 1.285 m.s.n.m en promedio. El área urbana la comprenden 13 comunas y la zona rural tiene 17 corregimientos. Es conocida como la ‘Capital Musical de Colombia’, título dado en 1886 por el conde francés Alexis de Gabriac en sus crónicas ‘Viaje a través de la América del Sur’. (Cuartas, 2008). Este municipio celebra el Festival Folclórico Colombiano desde 1959 en el mes de junio y acoge al Conservatorio del Tolima, uno de los lugares de formación musical de mayor relevancia y más antiguos del país. (Pardo, 2009).
Es un municipio pequeño y con una estructura rural, esto debido a que desde principios del siglo XX recibió varias migraciones de zonas rurales “a causa de la violencia”, “tragedias” o “por la esperanza de buscar empleo y una mejor calidad de vida”. Estas migraciones impulsaron la construcción de nuevas urbanizaciones, las cuales siguieron un patrón de crecimiento a finales del siglo pasado y principios del actual. (Espinosa, 2002).
Además de la influencia del proceso rural en Ibagué, tenemos la influencia del crecimiento urbano que ha tenido factores como el desarrollo de las obras públicas de interconexión vial a nivel regional y nacional en las primeras décadas del siglo XX, debido a que durante este tiempo, el contexto político para consolidar el mercado interno nacional impulsó el desarrollo de la agroindustria en el Valle del Magdalena. (Espinosa, 2002).
Podemos ver que Ibagué tiene una fuerte relación con el campo, hace parte de una sinergia. El campo le proporcionó a la ciudad migrantes en varias movilizaciones rurales y la ciudad envía al campo comerciantes, especialistas y mano de obra, así “el campo es cultivado por la ciudad y la ciudad es alimentada por el campo”. (Espinosa, 2002).